MEDITACIÓN BUDISTA ZEN

VEN. DR. JINSIM HYOENJIN: arzobispo y maestro guía de la sangha Meditación Budista Zen, recibió Transmisión el 27 de marzo 2021 e Inga el 16 de julio 2017, y recibió los 250 votos del Bhikshu (monje) el 22 de julio 2016 por el Ven. Dr. Wonji Dharma.

Ven. Jinsim Hyoenjin es originalmente de Kansas City, Missouri, USA y ha vivido en Guadalajara, México desde 2000. Tiene más de 45 años experiencia en meditación, dos maestrías (psicología y estudios budistas), y un doctorado de Psicología Oriente-Occidente investigando métodos de meditación en las tradiciones espirituales del Oriente.

Ven. Jinsim Hyoenjin imparte clases, conferencias universitarias, charlas Dharma, retiros y talleres sobre el buda-dharma además de citas individuales para orientación y estudio personalizado.

Un arzobispo (maestro zen superior) es un obispo que, habiendo recibido Inga y Transmision de Dharma, preside varias diócesis en una gran región. Este puesto incluye algunas responsabilidades de supervisión tanto de las diócesis como de los obispos de esa región. Un arzobispo sirve como guía o instructor en asuntos religiosos; y a menudo es el fundador o líder dentro de una Orden. Además, el Colegio de Arzobispos actúa como un Consejo Rector igualitario para la Orden Zen de las Cinco Montañas.
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lunes, 2 de diciembre de 2013


TEOPATÍA: Sentir Buda
Charla Dharma 1/12/2013
Rev. Hyonjin Sunim 
(Ozmo Piedmont, PhD)

Teopatía tiene que ver con la mística experiencia directa con lo Divino. La palabra “teopatía” viene del griego “theos”, lo que significa Dios, y “patía”, lo que significa sentir o sufrir. En un sentido general es una experiencia religiosa de lo Divino por medio de la adoración espiritual. Además, se puede entenderla como una experiencia de absorción profunda e iluminación divina, la que ocurre durante la contemplación o la meditación.  Conlleva un sentido de afecto religioso inspirado por la contemplación de Dios, lo que puede llegar a ser tan extremo que se siente hasta sufrimiento. Por tanto, teopatía es una reacción intuitiva y emocional que ocurre por medio de la contemplación de Dios, una especie de identificación y participación con Dios.

lunes, 25 de noviembre de 2013


CONTEMPLANDO SHUNYATA 
Charla Dharma 24/11/13
Rev. Hyonjin Sunim (Ozmo Piedmont, Ph.D.)

Los cuatro elementos (tierra, agua, fuego, y aire) se desvanecen como en un sueño.
Los seis polvos (percepciones), raíces (sentidos), y consciencias son originalmente vacíos.
Para comprender eso, los Budas y los Maestros Ilustres volvieron al lugar de luz:
El sol se pone en las montañas de occidente.
La luna sale al este. 

1. Los seis polvos, raíces, y consciencia todos deaparecen. ¿Luego qué?
2. ¿Dónde están el Buda y los Maestros Ilustres?
3. Antes el puesto del sol, antes la salida de la luna - ¿qué?

COMENTARIO: Un hombre único no tiene uso para el Buda. Ve con lucidez y oye con lucidez. Nunca dificulta, nunca aferra, y no apega a nada. Tú, también, simplemente come, simplemente trabaja, simplemente duerme, simplemente hazlo. Entonces todos los Budas se convierten en tus ayudantes. ¡Qué maravilla! (Sahn, 48:39)

Hay tres formas de contemplar Shunyata, o sea, ser consciente y atento al fluir constante de las ideas y sensaciones en la mente sin aferrarse a ninguna. Primero, tienes el hwadu donde te preguntas “¿Qué es Wu?” Puesto que Wu significa la Nada, no-ser, no, o el vacío, efectivamente, estás contemplando Shunyata con la actitud de investigación y enfoque en una enigma no resuelta por ideas o conceptos intelectuales. El preguntarse de esta manera crea una bola de duda en la mente, enfocando la mente, eliminando distracciones, y abriendo la mente a la Realidad, a pesar de que la mente chica sólo puede responder, “No sé.”  Seguimos con esta actitud de investigación y perplejidad ante el gran enigma, hasta que la mente se abra por completo, rompiendo la bola de duda en añicos, revelando directamente la Verdad, o sea, La Iluminación.

lunes, 18 de noviembre de 2013

SHUNYATA: EL ESPEJO VACÍO DE LA MENTE
Charla Dharma 17/Nov/2013
Rev. Hyonjin Sunim (Ozmo Piedmont, Ph.D.)


Venir con las manos vacías, irse con las manos vacías, eso es humano.
Cuando naces, ¿de dónde vienes?
Cuando mueres, ¿a dónde vas?
La vida es como una nube flotando que desaparece.
 En su origen la nube flotando en sí no existe.
Vida y muerte, venir e irse son también como eso.
Pero hay una cosa siempre clara.
Es pura y transparente, la que no depende de vida ni muerte.
Entonces ¿qué es la única cosa pura y transparente?

 1. Cuando naces, ¿de dónde vienes?
2. Cuando mueres, ¿a dónde vas?
3. ¿Qué es la única cosa pura y transparente?

Comentario: Un perro entiende el trabajo de perro, y un gato entiende el trabajo de gato. Los seres humanos aparecen - ¿qué deben hacer? Queren fama, dinero, sexo, y dormir. Pues, ¿luego qué? Sin embargo, la única cosa es transparente. Traga todo – el sol, la luna, las estrellas, las montañas, el agua – todo. Si encuentras esta, consigues “tú,” liberándote de vida y muerte. Luego vete y toma un té. (Seung, 40:33)

¿Que es shunyata? Shunyata es un medio hábil para diferenciar las apariencias de la realidad. Shunyata viene de la palabra sanskrita “svi”, la que significa “inflarse” o “hincharse”, como una burbuja aparentando como una cosa fija, pero de hecho no tiene contenido. En la tradición Mahayana del Budismo, es lo que aparenta sólido y permanente a los sentidos, pero en realidad es vacío de pasado, presente, o futuro, cambiando continuamente por condiciones anteriores, manifestando un fluir continuo de apariencias, las que la mente construye en una realidad ilusoria.
            En el Canon Pali, se usa shunyata en dos sentidos: 1. La percepción directa donde no se añade nada ni se quita nada del data percibido, con Nirvana considerada la manera superior de percepción sin distorsión de las cosas como son; y 2. Ser libre por completo de cualquier identificación de un sí mismo en fenómenos o en en uno mismo. La física de hoy en día confirma este concepto, afirmando que si se entra profundamente en el mundo de lo extremadamente pequeño, se descubre que no hay nada sólida ni se existe nada como una entidad independiente. No hay ninguna partícula irreducible en sí, todo se puede dividir en partículas más pequeñas y son efectivamente vacíos de cualquier auto existencia o permanencia. De hecho, el sujeto percibiendo y el objeto percibido se influencian directamente el uno al otro en lo que se percibe, por ejemplo, en la física cuántica se afirma que se percibe la luz como partícula u onda, dependiendo en la expectativa del sujeto observándola.   
            Los fenómenos no tienen una existencia real e independiente, sino más bien existen como una realidad aparente, creada por nuestros conceptos mentales, los que obscurecen la realidad fundamental.  Es como un salón totalmente cubierto en sus paredes con espejos, cada uno reflejando una vela en medio del salón, tal que se ve una infinidad de velas en todos lados, un realidad aparente basada en espejismos. (Soeng, p. 30)
            El espejo explica como la mente funciona y por qué confundimos la imagen con la realidad. Imaginen un monje enseñando el Dharma a uno de sus discípulos en un salón donde se ve un espejo, así que el espejo, el monje, y el discípulo simbolizan la Mente Verdadera, el Buda, y el hombre, respectivamente. El espejo refleja la imagen de dos individuos cara a cara; uno enseña y el otro escucha. Se puede describir como el monje dentro del espejo está enseñando el Dharma al discípulo dentro del espejo, o sea, el discípulo dentro del espejo está escuchando al Dharma enseñado por el monje dentro del espejo.  Efectivamente, cuando el Buda enseña el Dharma a un ser humano, hay cuatro relaciones manifestándose a la vez: 1. La imagen del Buda enseñando el Dharma, la que está dentro de la mente del ser humano, 2. la imagen del ser humano escuchando al Dharma, la que está dentro de la mente del Buda, y 3. el ser humano dentro de la Mente Búdica, escucha a la enseñanza de 4. EL BUDA verdadero, dentro de la mente del ser humano. Es como decir que hay dos imágenes falsas conversando con dos aspectos de la Verdad, vista desde la perspectiva de ignorancia o iluminación. 
            Así, nuestro universo es como un gran espejo oceánico. En la filosofía de Hwa Yen (El Sutra de La Guirnalda de Flores), todo y cada cosa en el universo es a la vez un espejo y una imagen. Es un espejo porque refleja todas las cosas; es una imagen, porque es simultaneamente reflejada por todas las cosas. De alguna forma, cada cosa está relacionada con todas las otras cosas del universo. La existencia de cualquier cosa depende en otras cosas, por eso, es un reflejo de otros objetos distintos de sí mismo. Y viceversa. En este sentido, la Mente Verdadera es un gran espejo, puro, silencioso, y con la capacidad de reflejar o percibir todas las cosas espontáneamente en el universo. Este gran espejo podría reflejar no sólo las numerosas formaciones de nubes, lluvia, y tormentas de todos los continentes, sino además los innumerables estrellas, galaxias, y todos los seres sentibles en todos lados, incluso cualquier imagen celestial de dioses y ángeles, además de las imágenes más grotescas de demonios y maldad. Este Espejo Oceánico es la Mente, reflejando toda la infinidad de formas bellas y feas, pero no se da cuenta de esto por estar agitado con ideas y distracciones mentales.  Sin embargo, cuando se tranquiliza la mente, se la transforma en una superficie serena, cristalina, y transparente, donde se puede ver claramente todos los reflejos. Este Espejo Oceánico de la Mente Universal es esencialmente la misma mente del ser humano. (Chang, 124-126)        
            No es suficiente entender esto intelectualmente. Requiere compasión como una expresión fundamental del universo en cada momento aliviando el sufrimiento aparente en todos.  Al ayudar a otros, nos ayudamos a nostros mismos, puesto que todo está interconectado. No hay nada separada de nosotros. Ayudando a los demás, superamos nuestra propia ignorancia, la que cree que el sufrimiento de los demás estuviera separado de nosotros mismos. Al soltar el ego, nos liberamos del sufrimiento aparente, motivándonos a ayudar a los demás a liberarse también. Es como si estuviéramos todos en un vagón de un tren. Estamos todos juntos hasta el final del viaje. Aunque hay algunos bien contentos durante el viaje, algunos otros de los pasajeros están agitados y molestos. El estado mental de estos pasajeros afecta el ambiente de todos en el vagón. Logicamente, si se puede ayudar a los pasajeros agitados para que se sintieran tranquilos y felices, todos disfrutaríamos mejor  el viaje (Goldstein, p. 78). Nuestra capacidad de entregarnos a los demás por medio de la compasión por el alivio del sufrimiento nos convierte en bodhisattvas.
            En el Sutra del Corazón se describe como un Bodhisattva, confiando en Shunyata (la vacuidad), no tiene obstáculos en su mente, puesto que no hay nada a lograr. Si no hay obstáculo, no tiene miedo, y se pasa más allá de toda confusión e ilusiones, alcanzando por fin el Nirvana. El mensaje es que si el practicante de Mahayana se apoya en las enseñanzas del Vacío Absoluto, se eliminarán todos los obstáculos de su mente, tal como codicia, agresión, deseos, y sobre todo, el apego innato a un yo aislado y permanente, disolviéndolos por completo. Al realizar la Vacuidad, se conquista la raíz del ego; al eradicar el ego, se puede conquistar todos los miedos y confusiones, logrando la suprema liberación de Nirvana. Una mente impregnada con Shunyata es vasta, dinámica, y compasiva, porque el velo falso de un yo se ha quitado y lo radiante de la Mente verdadera se revela en todas partes.  Cuando el practicante está libre de todo concepto de un yo personal haciendo algo meritorioso por alguien y sin pensamiento de ninguna recompensa, es el nivel superior de práctica basada en Shunyata. La manera de practicar es hacer toda acción con un sentido de Vacuidad Completa, libre de apegos, libre de alguien realizando algo, libre de algo realizado, y libre de alguien recibiendo algo. Es sólo lo que surge dentro de un contexto y una situación del momento revelando una función relacionado a como responder espontáneamente para aliviar el sufrimiento. Si se practica por el beneficio de los demás, basándose en el vacío de Shunyata, sin pensar en beneficiarse a sí mismo, se puede lograr la liberación completa. (Chang, 115-116)
            A fin de cuentas, hay que meditar para tranquilizar la mente lo suficiente para percibir el espejo en sí, o sea, Shunyata vacía de cualquier yo particular, reflejando el universo como es, sin distorsión ni obstáculo, en vez de distraerse con la infinidad de formas, fenómenos, ideas y reflejos bellos y feos. Cuando se desapega del deseo por lo bello y la aversión a lo feo, se esfuma lo ilusorio de un yo aislado permanente, pasando así por la puerta de la Iluminación, entrando la paz perfecta de Nirvana.

Bibliografía
Chang, Garma C. C. (1971). The Buddhist Teaching of Totality: The Philosophy of Hwa Yen Buddhism. The Pennsylvania State University Press: University Park and London.

Seung Sahn. (1992). The Whole World is a Single Flower. Charles E. Tuttle Company, Inc.: Boston, USA.

Goldstein, Joseph. (2005). Un Único Dharma. La Liebre de Marzo, Harper Collins Publishers, Inc: San Francisco, CA.


Soeng, Mu (2011). The Diamond Sutra: Transforming the Way We Perceive the World. Wisdom Publications. Kindle     Edition.

Si esta enseñanza te ha sido útil, ¿podrías considerar una aportación a la Sangha MBZ?

lunes, 11 de noviembre de 2013


ERES UN MILLONARIO
Charla Dharma 10/Nov/2013
Rev. Hyonjin Sunim (Ozmo Piedmont, Ph.D.)

El sauce es verde, las flores son rojas. ¿Es eso la naturaleza o es eso el Buda?
El cuervo es negro, la grulla es blanca. ¿Ves Budas? ¿Oyes la naturaleza?

El Sutra del Diamante dice que todas las formas siempre están apareciendo y desapareciendo. Si consideras todas las apariencias como no-apariencias, entonces puedes ver al Buda. Si quieres ver al Buda, Buda ya se ha desaparecido. Si no quieres ver al Buda, entonces ver, oír, olfatear, tocar, gustar – todo es Buda. La flor es roja, el árbol es verde, el cielo es azul. Tú y estas cosas nunca están separados. Entonces tu eres Buda. (Sahn, 1988)

En el Sutra Saṃyutta Nikāya, justo antes de llegar a la Iluminación, El Buda consideraba el sufrimiento del mundo y sus causas, lo que llevan a la vejez y la muerte. Concluyó que todo se puede reducir al apego a los pensamientos, lo que llamaba “nombre y forma”. Consideraba lo siguiente:

¿Nombre-y-forma son condicionados a causa de qué? (Es decir, ¿qué condición previa resulta en la formación de nombre y forma?)...Cuando hay consciencia, nombre-y-forma aparecen; nombre-y-forma tienen consciencia como su condición. ¿Consciencia es condicionada a causa de qué?...Cuando hay nombre-y-forma, consciencia aparece; consciencia tiene nombre-y-forma como su condición...Esta consciencia regresa a sí mismo; no va más allá de nombre-y-forma. A causa de esto se nace, se envejece y se muere, se fallece y se renace, es como decir, esto ocurre cuando hay consciencia con nombre-y-forma como su condición, y nombre-y-forma con consciencia como su condición...

Se me ocurrió: ¿El cese de qué puede resultar que consciencia no aparece? Entonces, monjes, considerándolo bien, me llegó una realización de gran sabiduría: Cuando no hay nombre-y-forma, consciencia no aparece; con el cese de nombre-y-forma, cesa la consciencia. Entonces, monjes, se me ocurrió: He descubierto el camino a la Iluminación, o sea, con el cese de nombre-y-forma, cesa la consciencia; con el cese de consciencia, cesa nombre-y-forma...” (Saṃyutta Nikāya, 12:65; II 104–7) (Bodhi 2005)

Con esto, el Buda presentó su enseñanza de Origen Dependiente, comenzando con la ignorancia como condición primordial que llega a la consciencia condicionada por pensamientos apegados a la idea de un yo independiente y fijo, el que llega eventualmente a la experiencia de una personalidad en un cuerpo que nace, envejece, y muere. Sin embargo, si se corta esta cadena de pensamientos, se corta toda la experiencia del sufrimiento, envejecimiento, y muerte. Y se lo corta por medio del Dharma, entendiendo que todo es vacío, Shunyata, sin identidad fija e independiente, lo cual es la liberación. No obstante, en el Sutra del Diamante, el Buda luego dice algo bien extraño en cuanto a este Dharma de liberación:

“Subhuti, ¿qué opinas? ¿Hay un Dharma por medio del que el Tathagata ha comprendido el perfecto despertar supremo?” Subhuti dijo, “No, Honrado del Mundo. Como lo entiendo, no hay un Dharma por medio del que el Tathagata ha comprendido el perfecto despertar supremo.” El Buda dijo, “Así es, Subhuti, así es. Ni el más mínimo rastro de Dharma se puede encontrar. Es sólo un nombre. Por eso, se llama el perfecto despertar supremo.” (Soeng 2011: 129)

El propósito aquí es negar que el Dharma haya causado La Iluminación. El Buda está diciendo que ningún Dharma puede ser relacionado con La Iluminación, porque La Iluminación es la percepción directa en la naturaleza de cosas en vez de un Dharma que causa la Iluminación. Lo importante al Tathagata es la prajna, o sabiduría, que ve la ausencia de cualquier yo o sí mismo independiente en los fenómenos. Tanto el Sutra del Corazón (“El vacío es forma, y la forma es vacío”) como el Sutra del Diamante están expresando el hecho de que el despertar no puede estar relacionado con ninguna cosa transitoria o condicionada tal como un Dharma. El despertar, o Iluminación, es del reino del Absoluto, mientras que el Dharma, como palabras, nombres, y explicaciones, es del reino de lo relativo. (Soeng 2011:130)

Hay que tratar estas enseñanzas no de una manera intelectual ni conceptual, sino con un sentido a lo que están señalando. Sólo te están señalando a ti mismo, a tu propia esencia basada en Shunyata, la vacuidad. Es como un letrero en la carretera señalando donde debes dar vuelta para seguir el camino correcto a tu meta. El letrero no es para apegarse, más bien es una forma de presentar las direcciones para llegar a donde quieres ir, revelando lo que ya tienes.

El Buda dijo: “Los seres sentibles ya están salvados, pero no lo saben.” Es como tener un billete de un millón de dólares en tu bosillo, y no sabes que allí está. Alguien te lo había metido en el bolsillo antes de que te hubieras puesto tus pantalones. Y aunque tienes un millon de dólares, estás preocupado por como pagar la renta, los impuestos, los gastos de la casa, pero todo el tiempo tienes un millon de dólares. Luego, alguien te pide una moneda, y metes tu mano en tu bosillo, descubriendo que tienes un millon de dólares. Los seres humanos ya son puros y completos. Sólo los pensamientos hacen pensar que somos pobres. Nadie puede darte lo que siempre tenías. Eres un millonario de verdad. Dándote cuenta de esto, la Iluminación, tu práctica desde ahora en adelante es aprender como distribuir tu riqueza, como invertirlo en los demás. Inviértelo bien. (Hyongak)

Bibliografía
Bodhi, Bhikkhu (2005-08-10). In the Buddha's Words: An Anthology of Discourses from the Pali Canon (Teachings of the Buddha) (p. 69). Wisdom Publications. Kindle Edition.

Hyongak Sunim. (2013). “Discursos sobre el Sutra del Diamante,” file:///G:/Buddhism/Prajna%20Institute/ABS%20770%20Diamond%20Sutra/Hyon%20Gak%20Sunim%20Part%209.htm

Sahn, Seung. (1988). The Whole World is a Single Flower. Charles E. Tuttle Company, Inc: Boston, USA

Soeng, Mu (2011). The Diamond Sutra: Transforming the Way We Perceive the World. Wisdom Publications. Kindle Edition.

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lunes, 28 de octubre de 2013



ETAPAS DE LA ILUMINACIÓN
Charla Dharma 27/Oct/2013
Rev. Hyonjin Sunim (Ozmo Piedmont, Ph.D.)


El maestro Sheng Yen (2009) describe cuatro etapas del Zen en el camino a la Iluminación. Aunque la Gran Iluminación en sí no se divide en etapas, sin embargo se puede observar niveles de experiencia que a veces pasan por Iluminación, pero según las enseñanzas del Zen, no la son. La primera etapa surge del samadhi de la meditación como una experiencia de éxtasis o felicidad extrema. A veces se experimenta como grandes extensiones ilimitadas de luz y sonidos hermosos. Puesto que esta experiencia es tan poderosa, se siente como liberado. Pero cuando se sale del samadhi, la meditación, y se vuelve a la vida cotidiana, todavía se surgen enfados. Auque sea un paso adelante en el desarrollo espiritual, no es la Iluminación todavía.
La segunda etapa es el sentimiento de paz extrema y la pureza, como si se hubiera transcendido tiempo y espacio. Sin embargo, aunque es un estado más profundo de samadhi, se confunde facilmente como la Iluminación, pero no es. La diferencia es que al salir de este estado, se puede mantenerse libre de enfados durante mucho tiempo. Como el primer nivel, aunque sea un buen paso, todavía no es la Iluminación, puesto que aún hay apego a la experiencia en sí. Se busca una y otra vez a la experiencia cumbre espiritual. Por su apego a la idea de Iluminación, la gente aferra a estas experiencias, las que  son manifestaciones de sus raíces de buen karma, y se las malinterpretan. Lo que se requiere es la comprensión correcta de la naturaleza del vacío.
La tercera etapa es de hecho el primer nivel de experiencia verídica donde se vislumbra la vacuidad. La persona en esta etapa no mira al mundo en la misma forma como la persona ordinaria. Aunque sea una experiencia de despertar, si uno guarda el pensamiento de haber logrado la Iluminación, entonces está viviendo dentro de la experiencia de vacuidad, otro aspecto del apego. Se puede llamarlo “viendo su propia naturaleza búdica,” y se lo considera como el primer paso por la puerta de la Iluminación, pero no es la Gran Iluminación.
Ir más allá del vacío y lograr la verdadera Iluminación, hay que eliminar el apego al vacío en sí. Cuando eso pasa, se siente que todo manifiesta y existe sin ningún obstáculo en absoluto. Así, hay que pasar más allá del vacío en sí para realizar la Gran Iluminación. Sin embargo, llegando a esta etapa, hay que practicar todavía para que no se retroceda a estados anteriores. Esta cuarta etapa es la verdadera de la Iluminación. Para lograrla, hay que liberarse por completo del apego, avaricia, condicionamiento, o dependencia. En tal momento, se ilumina.
El punto del Zen es liberarse de conceptos y vivir la talidad del presente, la que es Buddha como Tathagata, experimentando cada momento como es, sin añadir nada, sin distorsionarlo en ninguna forma, el simplemente así del aquí y ahora. Esto requiere práctica constante para desapegarnos a nuestros filtros distorsionando nuestra percepción de la Verdad. Sin embargo, hay individuos listos e inteligentes que buscan un atajo a la Iluminación basado en ideas, pero sin practicar la meditación. Tienden a interpretar y analizar lo que oyen y leen en libros. No es suficiente discutir o conceptualizar el budismo. Hay que practicarlo, puesto que la realización es más allá de palabras o ideas. Sin ponerse a practicar, es muy dificil estar en contacto con la esencia de la vida. Las enseñanzas sólo pueden señalar el sendero a la realidad por experiencia directa.
Una forma directa de práctica es utilizar el hwadu, como wu, en la vida cotidiana. Cuando surgen los enfados y los pensamientos, recuerden la pregunta “¿Qué es wu?” No hay respuesta lógica a la pregunta, ya que wu sólo tiene el sentido de negación, no o nada. Tal definición no es suficiente. Hay que experimentar y verlo directamente, por la intuición, no por el intelecto. Por esto, la mente tiene que soltar su apego a cualquier idea o prejuicio en este momento. Hay que desconectarse del yo, sus especulaciones, y su analisis, dejando atrás las formas habituales y condicionadas de reaccionar a los estímulos en el ambiente. Se puede usar el hwadu wu para romper las barreras a la percepción de tu propia naturaleza esencial.
El hwadu sirve como un método para cortar los pensamientos desviados mientras que se desarrolla enfoque y lucidéz mental. Si nace veneno mental en la forma de críticas, comparasiones, celos, y envidias, no se puede progresar. La mente chica siempre ve los defectos, problemas, y debilidades en los demás, mientras no se mira a sí mismo. Deberían preguntarse, “Cada día, después de levantarme, ¿qué beneficio he traído al mundo?” Si pueden hacer esto, entonces tienen la posibilidad de entrar en el sendero de los Budas, en vez de sumirse en pensamientos críticos de los demás. Uno en el sendero de los Budas no ve los fallos de los demás. Eso no significa que no debiéramos responder a los errores que otros cometieran. En vez de juzgarles o criticar su persona, hay que usar upayas, o medios hábiles, mostrándoles dónde han cometido un error o como cambiar su comportamiento, sin confrontaciones ni agresiones. Es como un médico que da recetas para curar una enfermedad. El médico no critica ni juzga al paciente por estar enfermo. Sólo busca la medicina correcta para curar al paciente. Es como el Buda se describió a si mismo, el Gran Médico, dando la medicina a todos para que curen su enfermedad, el sufrimiento causado por las kleshas de codicia, aversión, y delirio.  Pero si dejan el veneno entrar en sus corazones debido a la crítica, juzgando y midiendo lo bueno y lo malo de los demás, viendo sus debilidades y defectos, es como atraparse en un cuarto sin salida, sin luz. Al darse cuenta esto ha pasado, siempre puedes cortar la mente chica de pensamientos erróneos, la mente ladrona, la que te roba tu harmonia interior. Así, puedes volver a casa a tu lugar de origen, a la esencia, a salvo y en paz.

Bibliografía
Yen, Sheng. (2009). Shattering the Great Doubt: The Chan Practice of Huatou. Shambhala: Boston, USA.

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lunes, 21 de octubre de 2013

¿CÓMO SE LIMPIA LA MENTE?
Charla Dharma 20/Oct/2013
Rev. Hyonjin Sunim (Ozmo Piedmont, Ph.D.)

Hay una montaña famosa en Corea que se llama La Montaña Diamante. Cerca a la cima, había un viejo centro Zen llamado Maha Yon, y al pie de la montaña un templo llamado Yu Jom Sah, donde casi 500 monjes estudiaban las sutras. Subiendo la montaña, al punto medio del sendero entre Maha Yon y Yu Jom Sah, había un famoso balneario de aguas termales llamado El Manantial de La Montaña Diamante. La dueña del balneario era una mujer laica quien siempre les dejaba a los monjes entrar gratis, sin pagársela nada.
          Un día un famoso maestro de sutras del templo Yu Jom Sah, llamado Sol Hae, llegó al balneario. Después de terminar su baño, felicitó a la dueña diciendo, “Muchas gracias. Son excelentes las aguas. Su balneario es el mejor del mundo.”
          “De nada,” respondió la dueña. “¡Se ve estupenda la cara de ud! Ya le tengo una pregunta: Ud. se lavó el cuerpo en las aguas termales, pero ¿cómo se limpia la mente?”
          Sol Hae se quedó mudo sin palabras.

1.     ¿Qué es la mente?
2.     Cuerpo y mente – ¿son lo mismo o diferentes?
3.     Si fueras el gran maestro de sutras, ¿cómo responderías?     

COMENTARIO: El Sexto Patriarca, (Hui Neng, Ch), dijo que originalmente no hay nada. Entonces si haces algo, dificultas algo. Si quieres entender el reino de los Buddhas, mantén la mente clara como el espacio. Así tu mente es como un espejo limpio: rojo viene, rojo se refleja; blanco viene, blanco. Cualquier cosa que viene y va no crea dificultad. Si tienes mente, tienes que limpiarla. Si no tienes mente, no es necesario limpiarla. Suéltala – eso te ayudará tu vida. (Sahn 1992, 17:14)

        En El Sutra del Diamante, hace el mismo consejo haciendo referencia a los dharmas y las percepciones de los fenómenos percibidos con un corazón puro, o sea, la mente pura.

“Haz surgir un corazón que no reside en el sonido, el olor, el gusto, la textura ni los dharmas. No residas en ningún objeto externo, y haz surgir ese corazón.” (Sutra del Diamante, 10:8)

Se refiere aquí a un corazón puro, libre de apegos a las cosas externas. Son palabras muy poderosas, capaces a liberar instantaneamente al oyente. Al sólo oír esta frase del texto leído en voz alta, el sexto Patriarca chino, Hui Neng, se iluminó. Deberíamos dejar atrás nuestras ideas de un sí mismo, así despertándonos a la Iluminación. No debemos depender en nada que surgiera en la mente. La mente debe quedarse independiente de cualquier pensamiento que surgiera en ella. Si la mente depende en algo, apegándose a cualquier pensamiento, emoción o memoria, entonces ya no eres a salvo, estando expuesto a tu propio sufrimiento. (Hyongak, 2013)
     El maestro Sheng Yen, en su libro Rompiendo la Gran DudaLa Práctica Chan del Huatou (Shattering the Great Doubt, 2009) comenta sobre como vaciar y purificar la mente. Él dice que si quieres vaciar la mente de sus enfados y sufrimiento, tienes que primero purificar tu mente. Una vez que la mente esté purificada, las negativas condiciones infinitas se acaban naturalmente. Así se revela la esencia de la mente, y tus actos se vuelven libres de karma del cuerpo, el habla, y la mente. Tu naturaleza original como talidad verdadera se manifiesta como la mente pura, sin discriminación entre lo puro y lo impuro. Por tanto, puedes entrar al reino de lo puro e impuro sin mancharte. La mente libre de enfados es como un mar tranquilo, mientras que la mente vacía es infinita como el cielo despejado de nubes.
     Vaciar la mente no significa destruir todo dentro de ella, más bien desapegar la mente de todo enfado y apego. Este consejo de como purificar la mente se dirije a los practicantes más experimentados, puesto que la gente ordinaria se lo encuentra más facil purificar su conducta que su mente. Sin embargo, sin conducta pura, ¿cómo puedes purificar la mente? Así que, si sólo puedes seguir los preceptos, tu mente se transformará poco a poco, llegando a ser pura también.  
     La mente pura no es algo que puedas adquirir, como algo que se gana después de un período de practica. De hecho, la mente pura siempre ha sido allí como parte de nuestra naturaleza fundamental. Pero, junto a esta mente pura hay además enfados e ignorancia fundamental. El propósito de la práctica es dejar que esta mente pura de talidad verdadera se revele. La práctica es como abrirse a la luminosidad de la mente pura, dejándola brillar sin impedimientos de ignorancia, delirio, y enfados. Imagínate un perro afuera en la nieve, cubriéndolo hasta el punto en que no se ve el perro, sino sólo una forma de animal de nieve. Entonces, el perro se marcha, y se pone debajo de un árbol. Allí se sacude, y todo la nieve cae, revelando el perro abajo.
     Es como se usa el hwadu. Se lo investiga hasta que se acumule una gran masa de duda. Cuando la duda se destroza, entonces, por lo menos un rato, enfado, ignorancia, y delirio se marchan, dejándote con la mente pura de tu naturaleza original. Así, viendo el perro quitarse la nieve es como ver tu propia naturaleza del sí mismo. No obstante, si el perro sale de nuevo, se cubre otra vez con la nieve, así que tendrá que sacudirse una y otra vez para quitársela. Es un proceso continuo, hasta que el perro en sí desvanezca. Pues, entonces, si aún hay nieve, no habrá un perro cubrir, lo que es como la mente pura de Iluminación completa.
     En Zen, otro término de esta mente pura es “no-mente,” lo que significa no hay una mente condicionada por los enfados; no hay mente que se puede influenciar por el medio ambiente externo. Así no-mente significa lo mismo como no-yo, y el no-yo es también Iluminación completa.  Cuando logres el estado de no-mente (o no-yo), no hay un yo apegándose a lo negativo, y los enfados no tienen un lugar para fijarse; por tanto, el practicante no se mete en problemas, puesto que los problemas no lo encuentran – los enfados y molestias no surgen.
     Antes de realizar la mente pura, ¿qué debes hacer? Usa tu hwadu como una espada de vajra (diamante) y corta los apegos. Cuando hay pensamientos desviados o ilusiorios, cualquier apego que surgiera, córtalos. Sé como un volcán con lava ardiente hirviendo adentro; los pensamientos desviados y los enfados son como copos de nieve cayendo del cielo. Cuando los copos de nieve caen en el volcán, simplemente se derriten. Eso es el poder del hwadu – derritir los enfados. Cree en el poder de tu hwadu. Al surgir los enfados, haz nacer este hwadu y pregúntatelo. Tus enfados se derritarán como copos de nieve en la lava.
     Así que si un fantasma o espíritu aparece frente a ti en la Ceremonia de Baekjung el 2 de noviembre, ¿qué debes hacer? Simplemente pregúntale, “Qué es wu?” (wu significa “la nada,” “no,” o “la negación” en Chino). Éste es el hwadu más eficaz de todos para practicar, puesto que no se puede contestarlo de una forma racional. Entonces aquel fantasma no te lo podrá contestar, diciéndote “No sé,” y desvanecerá. Así le habrás ayudadado a Iluminarse.

Bibliografía

Hyongak Sunim. Talks on the Diamand Sutra. Part 6.

Sahn, Seung. (1992). The Whole World is a Single Flower. Charles E. Tuttle Company, Inc.: Boston.

Sutra del Diamante. Upasaka Kumgang, Editor. Comentarios So Mok Sunim. Acceso 19/10/13 

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lunes, 14 de octubre de 2013


CONDUCTA FILIAL:
Un Día para Honrar y Bendecir a Nuestros Padres y Madres
CHARLA DHARMA 13/Oct/13

Rev. Hyonjin Sunim (Ozmo Piedmont, Ph.D.)

El Festival de Baekjung en Korea es una celebración de alegría y felicidad, mientras que damos homenaje a nuestros papás y mamás por todo el trabajo y sacrificio que hicieron para criar y educarnos. Si tenemos karma no resuelto con familiares fallecidos, es una oportunidad de purificación. Además, es una ceremonia de ayuda, compasión, y benevolencia para todos los seres fallecidos sufriendo en otros planos de consciencia. Finalmente, es un período de meditación, reflexión, y expiación por nuestros propios errores y votos rotos que hemos cometidos en el año pasado.
            La ceremonia se basa en el Sutra Ullambana, donde uno de los discípulos del Buda, por sus dones especiales, percibió que su madre estaba sufriendo en el infierno por errores que había cometido durante su vida. Debido a su amor y compasión por su madre, pidió ayuda del Buda para liberarla del Infierno y encontrar la paz y felicidad. El Buda le instruyó como, por medio de la fuerza colectiva de la Sangha, podría salvarla, haciendo ofrendas de comida, incienso, velas, y otros objetos importantes, mientras recitaban con mantras y sutras especiales, ofrenciendo el mérito de estas conductas por la salvación de ella. No sólo pudo salvar a su madre por esta ceremonia, sino también a todos sus antepasados hasta siete generaciones.
            Este Dia de Los Muertos, el 1-3 de Noviembre, vamos a crear por primera vez con nuestra Sangha, el Festival Baekjung, honrando a nuestros mamás y papás, y alimentando a los fantasmas hambrientos. Puesto que México ya tiene esta bella tradición de recordar a los familiares, decorando sus tumbas y cementerios, y esperando sus visitas en la noche, podríamos darla un significado adicional basado en el Buda-Dharma y la práctica de benevolencia, amor, y compasión tanto para los vivos como para los más necesitados en la muerte, los fantasmas hambrientos.
            ¿Quienes son los fantasmas hambrientos? Son los que buscaron satisfacer un deseo fuerte en su vida, pero sin éxito. Como enseñaba el Buda, el deseo causa nuestro sufrimiento en esta vida, la primera y segunda de los Cuatro Verdades Nobles.  Estos deseos siguen jalándonos vida tras vida, basados en un concepto erróneo de un yo fijo e independiente. Esta ilusión egoista, crea un sentido de descontento y frustración con la vida, siempre buscando exteriormente el alivio, pero por la ley de impermanencia, no se satisface con las cosas transitorias. Es una falta espiritual que sólo tiene solución espiritual, volver a unirse con la Esencia del Universo, nuestra propia Naturaleza Búdica, la que no tiene ni comienzo ni fin, es constante y siempre presente. Si no realizamos esta conexión con el Infinito, estamos condenados a recorrer vida tras vida como fantasmas hambrientos, adictos a conseguir lo que no resuelve nuestro hambre y sed, fundamentalmente un problema espiritual. Así, creamos samsara, o mejor dicho, nuestro propio infierno de pena y sufrimiento. Hay seres, tan obsesionados por sus adicciones, que al morir, entran en estados de consciencia como fantasmas hambrientos en su propio infierno auto-infligido. Se perciben con cuellos el tamaño de un afiler, y un estómago enorme, y cuando tratan de comer, la comida se vuelve fuego en sus bocas. Nada entra para satisfacer su hambre y sed. Sólo alimento espiritual puede hacerlo, pero no están dispuestos todavía a aceptarlo. Por eso, creamos una ceremonia, Baekjung, en la que estos seres pueden encontrar el alivio de su sufrimiento, liberándose del infierno, y comenzar una nueva vida de práctica espiritual. 
            Igualmente, nosotros mismo tenemos nuestros fantasmas hambrientos en nuestras tendencias de karma negativo a causa de nuestros rencores, resentimientos, malos recuerdos, y críticas de los demás e incluso de nosotros mismos, por lo que se ha hecho mal en el pasado. Si no podemos perdonar a ellos y a nosotros mismos, soltando el pasado, este karma renace una y otra vez en nuestras vidas, afectando nuestra salud y nuestras relaciones con los demás. Lo que necesitamos es una manera de desapegar estos recuerdos y críticas, y volver a la paz de nuestra esencia verdadera. La ceremonia de Baekjung nos ayuda a soltar este karma del pasado, quemándolo por medio del fuego de nuestra meditación, atención vigilante, y votos para practicar los preceptos de ética y moralidad. Esto nos libera de nuestros propios fantasmas hambrientos en nuestra consciencia, y descansamos en paz.

Propósitos de Baekjung:
  1. Es un tiempo de reflexión y purificación de nuestro própio karma, la temporada cuando los monjes tradicionalmente practicaban la expiación por cualquier error que hubieran cometido, o transgresión de sus votos, y su intención de renovar su compromiso de realizar los preceptos en su práctica espiritual.  
  2. Es un tiempo de celebración y alegría en el nombre de nuestros papás, mamás, y familiares.
  3. Es un momento para recordar, honrar y bendecir nuestros mamás, papás, antepasados y familiares hasta siete generaciones.
  4. Si nuestros papás y mamás están vivos, que vivan muchos años más, con vidas muy largas y sanas, con felicidad, alegría y bendiciones de paz y bienestar.
  5. Nuestro lazo familiar crea una oportunidad especial para ayudar y apoyar a los que han fallecido y posiblemente sufran en otro plano, para que salieran de su sufrimiento y siguieran su camino de desarrollo espiritual.
  6. Reflexionar en dónde estamos aferrados a recuerdos, eventos, experiencias, o personas de nuestro pasado.
  7. Perdonar a los que todavía guardamos un rencor, un resentimiento, un deseo, una herida o un problema del pasado.
  8. Aceptar a las personas muertas como eran y soltar nuestro enojo por los errores que cometieron, así purificando nuestra conexión kármica con ellas.
  9. Si cualquier persona muerta está estancada o sufriéndo en otro plano, por nuestro propio mérito de práctica, votos de compasión, y buenos propósitos, podríamos ayudarles en liberarse, seguir su camino espiritual, y renacer en un plano más propicioso para su bienestar y desarrollo espiritual.
  10. Mostrar compasión y benevolencia a los más necesitados, dolidos, y olvidados de los fallecidos, puesto que incluso los fantasmas hambrientos merecen amor y apoyo; es posible que algunos de ellos puedan liberarse por completo por nuestros esfuerzos.
  11. Es una oportunidad de practicar generosidad, compasión, y amor benevolente.
  12. La fuerza espiritual de la sangha colectiva es mucho más poderosa y eficaz que la fuerza invidual para salvar e impactar a los fallecidos.
  13. Ver, entender y liberar los fantasmas hambrientas de nuestra propia mente, los aspectos de nosotros atrapados en codicia, adicción, apegos, remordimientos, e ilusiones.
  14. Reconocer nuestros propios errores del pasado, perdonar a nosotros mismo, y comenzar de nuevo, renaciendo nuevas aspiraciones y entusiamo por la práctica espiritual en nuestras vidas cotidianas.

Todos están bienvenidos a participar en esta celebración tan importante en el Budismo Zen. De hecho, es la segunda más importante celebración después de Jukai cuando se toman los preceptos. Comenzaremos viernes 1 de Noviembre, el primer Dia de los Muertos, reuniéndonos a la hora de cenar, a las 6:00 PM en el pueblo Ixtlán, en Nayarit, seguido por meditación y contemplación, aclarando nuestros propósitos para el resto del fin de semana. La próxima mañana, nos levantaremos a las 5:30 a.m. para comenzar meditando, practicando en silencio la atención vigilante durante todo el día, incluso cuando estamos desayunando y comiendo. En la tarde tendremos una charla dharma en preparación para la ceremonia Baekjung en la noche después del puesto del sol. Todos participarán en las ofrendas, bendiciones, recitaciones, y fogata de purificación por el beneficio de los fallecidos.  Después de la ceremonia, comeremos las ofrendas de la ceremonia.


El costo del retiro es $800.00. Fecha límite es Lunes, 28/10/13. Para reservar su lugar en el evento, favor de comunicarse con el Reverendo Hyonjin en (33) 1523-7115 o escribir a su correo electrónico ozmoofoz@gmail.com  Si tienen preguntas en cuanto a como llegar a la casa en Ixtlán, Nayarit, pueden escribir a Antonio Chams en anchafu92@gmail.com  Además, podríamos preveer información con mapas, camiones a la casa, o coodinar aventones con otros. 

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martes, 8 de octubre de 2013

EL GUERRERO ZEN:
Enfrentar Solo a Diez Mil Enemigos
CHARLA DHARMA
06/OCT/2013
Rev. Hyonjin Sunim (Ozmo Piedmont, Ph.D.)

Lo siguiente se basa en los comentarios del maestro Chan Sheng Yen (2009: 79-104) sobre un ensayo titulado: “Lo Esencial de Práctica e Iluminación para Principiantes” por Maestro Chan Hanshan Deqing (1546-1623).

Considerando las causas y condiciones de este gran asunto, esta naturaleza-búdica es intrinsecamente dentro de todos. Así, ya está dentro de tí por completo, sin faltar nada. La dificultad es que desde el comienzo del tiempo, las semillas de pasión, pensar delirante, conceptualización emocional, y tendencias habituales enraizadas profundamente, han obscurecido esta luminosidad maravillosa. No puedes realizarla realmente puesto que están estancados en rastros de pensamientos de delirio en cuerpo, mente, y mundo, discrimindando y analizando una u otra cosa. Por estas razones, han sido recorriendo los ciclos de nacer y morir sin fin. Sin embargo, todos los budas y maestros ancestrales han aparecido en el mundo, usando incontables palabras y medios hábiles para exponer el Zen y para aclarar la docrina, siguiendo y enfrentando distintas disposiciones de los seres sentibles. Todas éstas son herramientas hábiles para aplastar nuestras mentes de apego y para ayudarnos en realizar que originalmente no hay nada fija ni al Dharma ni al sentido del yo.

He aquí, el maestro está diciendo que a pesar de tener esta naturaleza original de buda, está obscurecida por ignorancia y deseo. Por eso, los budas vienen con todo tipo de medios hábiles, ajustados a las habilidades de cada uno, para que soltemos los apegos y realicemos nuestra naturaleza original. Es dificil, puesto que desde hace mucho tiempo, durante muchas vidas sin fin, nos hemos involuncrados en ideas falsas relacionadas con el cuerpo, la mente, y el mundo. Por eso, el buda Shakyamuni y los maestros aparecen en cualquier época para enseñarnos como soltar nuestros apegos y hábitos erróneos. Pero deben entender que no hay ningun Dharma fija, puesto que los maestros y Buddhas utilizan cualquier método hábil para que nos despertemos de la ignorancia y reconectemos a la esencia en todos nosotros. Hay muchas enseñanzas, todas útiles, según el contexto y la capacidad del practicante.

Lo que se conoce como práctica es simplemente estar de acuerdo con cualquier estado de mente en que te encuentres, para purificar y abandonar las huellas y los pensamientos delirantes de tendencias habituales. Esforzarte aquí refiere a la práctica. Si dentro de un solo momento el pensamiento delirante acaba súbitamente, percibirás por completo tu propia mente y te darás cuenta que es vasta y abierta, brillante y luminosa, intrinsicamente perfecta y completa. Aparte de esta mente, no hay tal cosa como cultivo o iluminación. La esencia de tu mente es como un espejo, todos los rastros de pensamientos delirantes y apegos a condiciones son como manchas de polvo en la mente. Tus conceptos de aspectos físicos o características o formas es como polvo, y tu consciencia emocional es la mancha. Si todos los pensamientos delirantes se deshacen, la esencia intrínsica se revelará por sí misma. Es como cuando se despolvorizan las manchas de polvo, el espejo se vuelve claro. Es lo mismo con el Dharma. 

Hay tres puntos aquí. El primero es que la práctica significa soltar nuestras formas delirantes de pensar, incluso los hábitos mentales que nos mantienen en el ciclo de nacer y morir. Nuestra capacidad de liberarnos de estos patrones negativos es la práctica. Segundo, no hay tal cosa como la iluminación; no es que de repente realizes alguna gran cosa o verdad maravillosa. La Iluminación es sólo un estado libre del delirio y apego. Pero al soltarlos, ya es la Iluminación. No es algo que realices. El tercer punto, con la analogía del espejo: la práctica – lo que quiere decir el soltar los hábitos malos, la tendencias kármicas, y el delirio – es como limpiar un espejo del polvo de la mente, lo que Zen llama las manchas de la mente, es básicamente este proceso continuo de pulir la mente-espejo.

Sin embargo, nuestros hábitos, manchas, y apego al yo, se acumulan durante muchas eras de tiempo y se llegan a ser muy sólidos y enraizados profundamente. Por suerte, teniendo el consejo de un buen amigo espiritual causa una buena influencia a nuestro ser, así resultando en un aumento de nuestra prajna (sabiduría espiritual). Al realizar esta prajna inherente en nosotros, podemos despertar nuestra mente-bodhi (mente iluminada) para hacer el esfuerzo necesario en abandonar la existencia basada en nacer y morir.  Este es el camino por eliminar los raíces del nacer y morir acumulados durante muchas eras de largo tiempo en una manera subtil. Si no eres una persona con gran fuerza y habilidad, con suficiente valor para aguantar tal tarea pesada, penetrando por completo al moello de este asunto sin la más ligera duda, entonces el trabajo será demasiado dificil. Como dijo un anciano una vez, “Este asunto es como una persona enfrentando diez mil enemigos.” Estas palabras no son falsas. 

Este párrafo nos dice dos cosas: primero, nos hemos acumulado muchos delirios y hábitos negativos durante muchas kalpas de tiempo (tiempo muy largo), los que nos obscurecen nuestra sabiduría intrínseca. Por eso, es difícil quitarlos todos a la vez. Pero, tenemos el buen karma de encontrar el Dharma, animándonos practicar el Budadharma. Además, tienen la buena fortuna de conocer buenos amigos espirituales – los maestros quienes señalan el camino a la Iluminación. Puesto que la práctica es difícil, tenemos que ser como guerreros, valientes, determinados, y fuertes, dispuestos a enfrentar diez mil enemigos, la actitud requerida para eliminar nuestras kleshas y hábitos negativos. No debemos dudar del método de práctica, incluyendo la meditación y el hwadu para cortar cada pensamiento. Los diez mil enemigos están dentro de nuestra propia mente, incluyendo nuestras discriminaciónes, nuestra auto-crítica, nuestros pensamientos desviados, nuestros apegos, nuestros celos, nuestros innumerables malos patrones mentales. Nuestra espada para eliminar a los enemigos es el hwadu, como por ejemplo preguntándose profundamente, “¿Qué es la nada?”, pero sin una respuesta basada en palabras ni ideas. Sujetando el hwadu, se puede cortar todos los pensamientos y apegos. Los enemigos son todos los pensamientos fuera del hwadu. Cuando surgen, vuelve siempre al hwadu, como copos de nieve cayendo en un volcán de lava caliente. Los pensamientos errantes no pueden sobrevivir en la flama hirviente del hwadu, se dirriten en seguida, dejándonos libres, limpios, y con mentes claras y lúcidas.

Bibliografia
Yen, Chan Sheng. Shattering the Great Doubt: The Chan Practice of Huatou. Shambhala: Boston and London. 2009.

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lunes, 30 de septiembre de 2013

ACTITUDES PARA LA PRÁCTICA DEL ZEN
CHARLA DHARMA
29/09/13
Rev. Hyonjin Sunim
(Ozmo Piedmont, Ph.D.)


El maestro tibetano Nyoshul Khen Rinpoche una vez dijo en cuanto a cómo practicar el zen:

“Me gustaría daros un pequeño consejo a todos. Relajaos. Simplemente relajaos. Portaos bien los unos con los otros. En vuestra vida, simplemente sed amables con los demás. Intentad ayudarlos en lugar de hacerles daño. Tratad de acompañarlos en lugar de abandonarlos. Os dejo con esto y con mis mejores deseos.”

Suena fácil, ¿no? como nos enseñaron en el jardín de niños, lo de ser amables, y cuando es la hora del descanso, relajarnos por un rato sobre nuestros tapetes con nuestras almohadas. Entonces ¿por qué es tan difícil hacer ahora? Nos tratamos muchas veces con impaciencia, agresión, irritación y desprecio. Cuando es la hora de meditar, surgen un montón de distracciones, todas tan importantes que no pueden esperar ni unos minutos hasta que terminemos la meditación.  Si practicas para lograr algo, la paz y la alegría y buena salud por ejemplo, es muy difícil mantener la práctica. En cambio, si puedes sentarte sólo por sentarte, no para lograr nada, simplemente es lo que hay que hacer en este momento, entonces la mente puede relajarse y comenzamos a recordar quienes somos de verdad, la esencia sin comienzo, sin fin, lo que siempre es presente en todo, pero sin dependerse en nada. De hecho, cuando contemplamos la nada, preguntándonos “¿Qué es la nada?”, la mente chica, agitada y frustrada, puede tomar su siesta, sabiendo que “no sabe”, aliviándose de la responsabilidad de controlar todo, solucionar todo, y prepararse para todo. Hay algo más sosteniéndonos, pero no es ninguna cosa, es la nada. Ya, sólo relajarse un momento, abriéndose a la nada, es en sí su propio regalo. Y desde allí, nos sentimos uno con nosotros mismos de nuevo, uno con el mundo, y podemos salir al mundo y abrirnos a la prefección en toda persona y en todo lugar. 
            Para practicar el zazén, se necesita la plena atención, la que es nuestra capacidad de ser presente en la experiencia surgiendo en este cuerpo y esta mente en este momento preciso. Es la intención de abrirse al mundo como es, simplemente así, sin criticarlo ni aferrarse a nada, atendiendo a lo que se presenta, siguiendo el consejo de nuestro corazón, nuestro sí mismo verdadero, la esencia, en la forma más amable posible, o sea, con compasión, la cual es la respuesta más natural al sufrimiento que nos rodea. Sin embargo, hay dos formas de compasión: la pequeña compasión y la gran compasión. Las dos son diferentes de la empatía, la que se siente por alguien en relación a uno mismo. Por ejemplo, si sientes lástima por alguien, normalmente es porque la otra persona está en una situación peor que tú. Estás tal vez motivado a ayudar a tal persona, esperando que si algún día necesitas ayuda, alguien te vaya a ayudar también. Esta forma de empatía en referencia a uno mismo no es la compasión budista.
            La compasión budista se siente desde la perspectiva del Dharma, viendo a los seres sentibles mereciendo lástima no porque son destitutos, sino porque están sufriendo por su propia voluntad, y ni se dan cuenta. Sólo se puede generar esta forma de compasión comprendiendo el Dharma, dando lugar a un verdadero sentido de lástima. Se entiende que la gente hace daño a sí misma por ignorancia, directa o indirectamente. Un bodhisattva puede ver esto y sentir lástima por ellos, sabiendo que estos seres no son conscientes de las causas de sus propios problemas, y por tanto, no ven la necesidad de conseguir la sabiduría para resolverlos. Un bodhisattva se dedica incondicionalmente al alivio de las causas del dolor y el sufrimiento en todos. Incluso, los bodhisattva deberían practicar la introspección para ver su propia ignorancia dentro de sí mismos, las causas y condiciones, disminuyendo su propio sufrimiento a lo más mínimo posible. Al ver el sufrimiento en otros, un bodhisattva puede reflexionar y ver las causas del sufrimiento en sí mismo.
            Esto me pasó a mi hace un par de días. El karma, las causas y condiciones, pueden surgir en cualquier momento en exactamente la forma que puede revelarnos donde todavía somos vulnerable a las kleshas de deseo, aversión, e ignorancia. Tuve este momento revelador entonces al entrar en un banco para hacer una transacción rápida. Me puse en la correcta fila corta, según yo, indicada por mi tarjeta “premier”, la que me dio el privilegio de saltar a toda la fila larga esperando su turno, porque “yo” tenía una tarjeta especial, o sea, privilegiada. Por casualidad, la cajera de la ventanilla me miró, señalando a su compañera algo en cuanto a mi. Me indicó que no pudo atenderme porque su ventanilla estaba cerrada. Le mostré mi tarjeta privilegiada y el letrero frente a la fila preguntándola, “¿No hay servicio premier?” Dijo que no. Así que me puse en la otra fila larga, un poco molesto, pero intentando a no mostrar mi impaciencia. Por supuesto, la fila larga tardó una eternidad en moverse adelante. Después de unos 15 minutos, otro hombre entró en la fila corta de premier, y la primer cajera lo atendió en seguida en su ventanilla. Ya, me puse furioso. “¿Cómo puede ser,” pensé, “que no me atendieron en la fila privilegiada, y atendieron rapidamente a este otro hombre? ¿Qué tienen en contra de mi?” Durante el resto de mi espera en la fila larga, mis pensamientos volaron con toda la injusticia y prejuicio que me estaban infligiendo. Intenté de practicar con atención vigilante, dejando las ideas de injusticia a un lado mientras que experimentaba la pura sensación de ira y enojo en mis entrañas. De hecho, funcionó hasta cierto punto.  Se disminuía mucha la intensidad de mi agitación. Pero llegando a la ventanilla de la fila larga, todavía estaba apegado a una sensación de aversión e injusticia. Al terminar mi transacción, no pude resistir la pregunta en voz alta al cajero atendiéndome, “¿Si hay una fila con un letrero diciendo “premier” allí, y la ventanilla con un letrero diciendo “premier” arriba da la ventana de esta cajera a su lado, ¿por qué no me atendieron?” El hombre mirándome de una forma confusa me preguntó, “¿Tiene ud. una tarjeta premier?” “Por supuesto,” dije orgulloso, señalándole mi tarjeta de los privilegiados a él y a todo el mundo en la fila larga a mis espaldas.  Fue como estar en un circo grande, y yo era la gran atracción. “Por qué lo atendieron a este hombre, y no a mi?” le desafié. Ya el cajero fue claramente asustado por mi actitud y tono de voz. No sabía como responder. Intentando suavizar la confrontación, dijo que las cajeras pensaron que yo estaba en la fila equivocada de transacciones “express.” Bueno, aparentamente esta fue otro tipo de privilegio al que “yo” no pertenecía, y no entendieron que “yo” poseía el privilegio de “premier”.  Me recomendó el cajero que les muestra mi tarjeta premier la próxima vez. Sintiendo ya lo absurdo de toda esta conversación de espectáculo, decidí de escaparme lo más rápido posible, aunque mi orgullo herido todavía tenía una declaración final expresar: “Lo hice” dijé, “y lo haré de nuevo la próxima vez, pero a mi me parece una gran falta de respeto.” Y con esto, me volteé y salí del banco, con todos mirándome boquiabiertas mientras que me marchaba del lugar fingiendo un triunfo personal. Incluso en este momento, me di cuenta que acababa de actuar como un loco de remate, y dudaba si pudiera regresar jamás a este sucursal bancaria en el futuro. Tal es la mente chica interpretando toda la información pasando por medio de los sentidos, condicionada por el karma del pasado, y manifestándose otra vez en el presente. La diferencia es que esta vez, vi todo pasando frente a mi como por cámara lenta y comprendí con plena consciencia como mis interpretaciones equivocadas, juntas a las interpretaciones erróneas de las cajeras, resultó en malentendidos, emociones negativas, y el sufrimiento para mi, los cajeros, y todos los testigos del público en el banco. Asi soy yo con las kleshas de mi propio karma. Comienzo ya la práctica de expiación y arrepentimiento, resolviendo entonces no volver a hacer lo mismo en el futuro, contemplando los preceptos 5, 6, 7, y 9, los que tienen que ver con no nublar la mente (con mi ira); no hablar de los errores ni las faltas de los demás (el error de las cajeras); no envanecerse ni despreciar a los demás (mi tarjeta privilegiada de premier y el tratamiento especial que merecía); y no enojarse (mi ira hacia las cajeras y las injusticias imaginadas).  Esta introspección, viendo las causas de mi propio sufrimiento, y como liberarme de ellas, es un aspecto de la pequeña compasión.
            En cambio, la gran compasión se manifiensta a un nivel espiritual muy avanzado de un bodhisattva, cuando esté al punto de convertirse en un buda perfecto.  Sólo budas y grandes bodhisattvas como Avalokiteshvara, Samantabadra, Kshtigarbha, y Manjushri muestran esta especie de gran compasión.  Ellos no tienen ninguna idea de salvar a un ser sensible; de hecho, no hay un subjeto que salve a nadie, ni nadie a salvar, ni hay seres sentibles que existen a salvar. No obstante, la salvación del bodhisattva surge espontánea y naturalmente salvando a todos.  Esto se debe a su estado de no-yo absoluto, sin objeto ni sujeto. Aunque nosotros como practicantes ordinarios no podamos practicar todavía así, debemos cultivar la intención de practicar con gran compasión como los budas.
            Otro requisito para la práctica del Zen es el cultivo de renunciación. No es que tuviéramos que dejar nuestras casas para vivir en una cueva. La renunciación significa soltar los apegos para que estemos libres y contentos. Aprendemos a soltar el apego a la adquisición, la codicia, el odio, la avaricia, y la aversión. Nos liberamos del apego por medio de la renuncia, entrenándonos en como soltarlos. Al renunciar a los apegos, nos los liberamos por completo. La actitud del no apego en tu práctica te dará libertad y tranquilidad. Eso incluye la experiencia de cosas buenas. Hay que decirse que son impermanentes y ningún porqué de sentir orgullo. Si surgen pensamientos desviados causándote obstáculos y descontento, también son impermanentes y nada por preocuparse.  Al entender la impermanencia mientras que praticas el no apego, es posible liberarte por completo. No es sólo algo intelectual. Hay que practicar estas actitudes en acción en el mundo cotidiano, sabiendo que todo es transitorio y soltándonos de los apegos y el concepto del yo independiente. Así, la compasión surge naturalmente, y estamos atentos y conscientes de como realizar nuestra budeidad en cada momento de la vida.

Bibliografía
Goldstein, Joseph. (2005). Un Único Dharma. La liebre de Marzo: Barcelona, España.

Yen, Sheng. (2009). Shattering the Great Doubt. Shambhala: Boston and London.

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lunes, 23 de septiembre de 2013


SO SAHN:
¿Monje militante o Sensible Sabio?
Charla Dharma 22/10/13
Rev. Hyonjin Sunim
(Ozmo Piedmont, Ph.D.)

So Sahn (1520 – 1604 D.C.) era un maestro Zen de Corea quien enfatizó la integración de estudio de sutra con la práctica de meditación, diciendo:

“Zen es la mente de Buddha, mientras sutras son las palabras de Buddha.”
(Joeng, 2006:xv)

Además, So Sahn incorporó las enseñanzas de Tierra Pura, recitando el nombre de Buddha mientras que practicaba los preceptos. Nació en Corea del Norte, perdiendo su mamá y papá cuando tenía diez años. Un magistrado le adoptó y viendo su gran talento para escribir, le educó en la institución educativa más prestigiosa de su tiempo en Corea. Comenzó estudiando Budismo cuando tenía 18 años, luego tomando los Preceptos y convirtiéndose en monje a la edad de 21.  Después de ocho años de estudio y práctica, mientras que caminaba por un pueblito, oyó el canto de un gallo y logró la Iluminación profunda.  Después de pasar los exámenes del estado, se le asignaron el puesto de director de la escuela de Zen igual como director de la escuela de Sutras, pero después de servir tres años, renunció el puesto y volvió a las montañas para vivir y meditar en soledad.  Sin embargo, en 1592, después de la invasión de los japoneses, la que devastó el país, organizó un ejército compuesto de monjes, puesto que Corea no tenía un ejército organizado en este momento, pensando que el mundo perdería enseñanzas coreanas del Dharma muy preciosas si se perdieran la guerra. La dedicación, fortaleza, y disciplina de este ejército expulsó los japoneses del país, y lo hicieron sin cometer atrocidades ni torturas a los prisioneros, tratándolos con respeto y compasión.  Después de servir defendiendo el país, So Sahn regresó a la vida campestre. Al final de su vida, mientras que daba una charla Dharma a sus alumnos, miró arriba a su propio retrato en la pared, dejó de hablar, y escribió un poema:

“Hace ochenta años, éste era yo. Después de ochenta años, ¿soy yo éste?”
 (Joeng, 2006:xxii)

Justo después de escribir la última estrofa, murió, entrando al Nirvan mientras se sentaba recto sobre su cojín. 
            So Sahn enseñó La Iluminación Súbita con Práctica Gradual, integrando el estudio de sutra con meditación, llevándose a la realización directa de la esencia sin forma y nombre, lo que es dentro de todos los seres, lo que se conoce también como La Mente, el fundamento de sustancia sin cambio.  Se logra esto por medio de cortar los apegos de los pensamientos discriminativos de la mente, llevándose a la mente presente de talidad. Como Chinul, consideraba la mente como la esencia, el fundamento sin sustancia, lo que se conforma a las funciones de los cambios de condiciones cambiantes. Se mantiene la menta calma y lúcida por medio del estudio del hwadu y con la actitud de “No sé”, abriendo la consciencia al no-hacer y no-apego.  Consideró la meditación como una manifestación de siempre presente Naturaleza Búdica, la que se encuentra por medio de voltearse adentro y rastrear la luz de la consciencia a fuente, la mente original. 
            So Sahn enfatizó que nuestra naturaleza es sin forma, sin nombre, nunca nace y nunca muere.  Cualquier nombre que se diera sería un error.  Debemos experimentar esta esencia directamente, encontrando nuestra cara original. Al realizar tal hazaña, es como al fin volverse a casa, o como escribió So Sahn:

“Es como la dulce lluvia cayendo después de una sequía larga; como encontrar un viejo amigo en un país lejano.(Joeng, 4:9)

Tuve esta experiencia exacta cuando llegué a Mexico para vivir en Aguascalientes. Es una región bien seca, semi-árida, en el centro del país, donde no llueve por casi todo el año. Me sentía la piel agrietada y la naríz con comezón constante, los labios me cortaron y sangraban del sol.  Intentando manejar esta situación fue casi más allá de mi tolerencia, limpiando el polvo constante de mis ropas, zapatos y cabello cada día, especialmente cuando había vientos fuertes remoliendo nubes rojas de polvo en el calor.  Después de 11 meses así, por casualidad un viejo amigo de California, donde había vivido antes, vino a visitarme durante sus vacaciones. La primera tarde de su llegada, nos sentamos afuera en la sombra de un café en el centro de la ciudad para ponernos al día, platicando, bromeando, y riéndonos sin otra preocupación.  No obstante, no nos habíamos dado cuento del cielo oscureciéndose encima de nosotros.  De repente, una lluvia ligera comenzó a caer sobre nuestras cabezas y hombros. Recuerdo inclinándome atrás en mi silla para experimentar la delicia de la lluvia acariciando me cara y absorbiéndose a mi piel. Fue un momento de puro gozo estar allí con mi mejor amigo riendo y experiementando la lluvia juntos, sin necesidad de mover ni huir, solo la sensación pura de dicha envolviéndonos. Puedo comparar esta experiencia a lo que So Sahn refirió al realizar nuestra Verdadera Naturaleza, el sentido de plenitud, descanso, y agradecimiento por haber llegado por fin a este momento preciso de perfección, la Verdad, y Lo Eterno.  
            So Sahn también hace referencia a la talidad de la mente pura experimentada justo en el presente cuando se sueltan los pensamientos discriminativos revelando los dos aspectos de la mente original: la esencia fundamental sin cambios, y la función de la mente conformándose a las causas y condiciones que surgen en cada momento.  Los dos aspectos de la mente existen al mismo tiempo, representado por los símbolos en el siguiente escrito:
  
En un día claro y brillante,
Las nubes se recogen en valles profundas.
En un lugar remoto y silencioso,
Radiante luz solar ilumina el cielo claro. (Joeng, 11:21) 

Hemos aquí la esencia radiante como la luz del día y el sol, en contraste a las nubes acumulándose, como los pensamientos y circumstancias en los altibajos de las valles de la vida cotidiana. Aún, en el silencio de los lugares más remotos, como en nuestra meditación para calmar y aquietar la mente, podemos ver el cielo claro, nuestra cara verdadera. Es como el yin y el yang, con la sustancia imovible del día y el sol, el yang, en harmonía con la función de yin en las nubes y en las valles oscuras de los lugares remotos. Es un juego entre los dos aspectos de la vida, el “simplemente así” manifestándose en las actividades diarias de los opuestos.
            So Sahn nos recuerda que una práctica verdadera involucra tres aspectos: la meditación, la sabiduría, y los preceptos. Necesitamos la meditación para calmar la mente y entrar en samadhi, o concentración meditativa. La sabiduría es para comprender las verdades del universo, como la esencia, la impermanencia, la vacuidad, y el no-yo.  Sin embargo, igualmente importantes son los preceptos, la intención de vivir una vida activa basada en la ética de un Buddha para la liberación del sufrimiento de todos.

               Por tanto, en la Hinayana, los preceptos protegen el Dharma enseñándonos como seguirlos en nuestro cuerpo, mientras en la Mahayana se emfatiza como mentener los “preceptos de la mente” así que no nos desviemos del Dharma debido al mente pensativo (discriminativo). La lujúria obstaculiza nuestra naturaleza pura. El matar seres vivos nos bloquea de nuestra innata mente la compasión. El robar cosas no entregadas nos obstaculiza de nuestra buena fortuna, el mérito, y la virtud. El mentir nos obstaculiza la verdad de las cosas como son...
               Estos cuatro preceptos son la base de todos los otros preceptos. Se explican aquí con tanto esmero para que no se los rompan incluso en el pensamiento. No seguir la mente pensativa es lo que significa “preceptos” (sila). No dejar la mente pensativa surgir, sino manteniéndola en el estado de antes de pensar, es lo que se conoce como “meditación” (samadhi). Y no dejarse seguir acciones por pensamientos tontos es lo que se conoce como “sabiduría”(prajna).
               De otra forma, los preceptos capturan el ladrón – nuestra mente delirante, nuestra mente manchada; meditación inmobiliza al ladrón; sabiduría mata al ladrón. Sólo un fuerte tazón sin grietas, hecho de los preceptos, puede contener la pura y clara agua de la meditación, reflejando la sabiduría como la luna en su superficie. (Joeng, 38:55-6)            

            Budismo no es sólo una comprensión intelectual, sino una práctica activa basada en la inter-relación entre los preceptos, la meditación y la sabiduría. Los preceptos nos da el andamio y la forma para esta realización en la vida cotidiana.  Cuando nos olvidamos el comportamiento ético de los preceptos, es como tener grietas en nuestro contenedor, dejando el agua de nuestra consciencia fugarse. Sin embargo, con una buena práctica basada en las intenciones puras y éticas de vivir como un Buddha y con el agua clara de meditación, podemos realizar la sabiduría directa y plena de la Iluminación. Al mismo tiempo, So Sahn nos advierte de dos errores graves en la práctica: uno es la persona ignorante persiguiendo cosas superficiales, corriendo detrás de sueños ilusorios de deseos; el otro es el error del alumno cazando la mente, aferrando a reflejos de la luna en el agua, igualmente ilusiorio.  El Dharma verdadero es soltar las dos tendencias, sabiendo que la mente ya siempre es libre, clara y pura. Zen es el no-apego: no hay nada lograr ni abandonar. Cuando meditamos, no lo hacemos para convertirnos en Buddha, lo que es una forma dualista de pensar bloqueando la realización. En cambio, al sentarnos, estamos manifestando la ya presente y eterna Mente Búdica aquí y ahora en nuestra vida cotidiana.

“El resplandor sagrado de nuestra naturaleza original nunca obscurece.
Ha brillado desde el tiempo sin comienzo.
¿Esperas pasar por el portón que conduce a esto?
Simplemente no dejes que surgiera el pensamiento conceptual.” (Joeng, 86:119)
        
Bibliografía

Joeng, Boep. (2006). The Mirror of Zen. Shambhala: Boston.

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